Persianas motorizadas: Más vale que sobre y no que falte

Las persianas motorizadas además de ser bonitas y generar un ambiente más armónico y estético, también son muy prácticas y cómodas.

Las persianas motorizadas:

Entre la estética y la comodidad

Nuestro personal tiene memorizado que en el servicio, la atención y amabilidad debe trabajarse con el principio: Más vale que sobre y no que falte. Por eso, los técnicos buscarán siempre que usted quede completamente satisfecho con el servicio.

En una ocasión nos dio mucho gusto atender a una familia en cuya casa se instalaron persianas motorizadas. Estas persianas, además de ser bonitas y generar un ambiente más armónico y estético, también son muy prácticas y cómodas, ya que desde donde estés puedes controlarlas sin ningún problema. No tienes necesidad de abrirlas o cerrarlas manualmente, como es eléctrica este trabajo lo hace automáticamente.

No hay como ver la alegría del matrimonio y sus hijos cuando vieron la sala transformada cuando instalamos las persianas. Uno de sus hijos ya adolescente no dudó en sacar su teléfono celular y tomarse una selfie posando con la persiana cerrada. Por su parte, el niño pequeño de aproximadamente cinco años juagaba con el control remoto de las persianas.

Entre palabras de agradecimiento por nuestro trabajo que nos hacen “subir al cielo” nos despedimos. Nos da gusto siempre saber que contribuimos a que un hogar sea más feliz.

Las persianas motorizadas son un producto que nos gusta instalar porque tienen una buena tecnología.

Íbamos en el camino cuando nos marcan por el celular la misma familia para decirnos que las persianas ya no funcionaban. Esto nos pareció extraño porque nuestras persianas cumplen con los estándares de calidad. Les dijimos que inmediatamente nos regresaríamos a su casa.

En cuanto llegamos nos abocamos a analizar qué ocurría y rápidamente nos dimos cuenta o que ocurría: ¡El control remoto de las persianas no tenía las pilas!. El niño pequeño le había sacado las pilas al control y los papás no se dieron cuenta.

Estaban tan apenados que se disculparon y estaban rojos de la vergüenza por habernos hecho venir. Les dijimos que para eso estamos para atenderlos, que no pasaba nada. Sin embargo, quedaron doblemente agradecidos y hasta nos invitaron a comer. Como decirle que no a un menudito. Provecho.

Persiana motorizada del 99%

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